Pues como bien dice el título de la entrada, se acabó la
espera, se acabaron las horas de entrenamiento, mi reto del año ha llegado. El domingo
por fin participaré en la prueba por la que llevo 6 meses preparándome, un triatlón
de distancia ½ Ironman, el Astromad.
Hasta el día de hoy, y según mi aplicación deportiva
favorita (Strava) parece ser que el resumen anual es el siguiente:
3.599 km en 194 horas distribuidas en los siguientes
deportes:
- 3000 km de ciclismo (bicicleta de carretera, montaña y rodillo)
- 500 km de carrera (asfalto y montaña)
- 100 km de natación (piscina y… piscina jejeje)
He participado en varias carreras por asfalto como la Media
Maratón de Madrid, algún trail como el de WITL, alguna marcha ciclista o carrera
de MTB, y un triatlón. Hasta que no he escrito estas líneas no me he dado
cuenta del tiempo invertido, y me parece una pasada…
A esto habría que sumar las horas y horas de estiramientos,
las horas de gimnasio, las horas de fisio para poder recuperarme de la periostitis,
las continuas idas y venidas al podólogo para modificar la pisada…
Todo esto ha supuesto obviamente un desgaste gran físico,
pero sin duda el mayor desgaste es sentimental. Soy una persona que no le gusta el fracaso, y para no fracasar he priorizado incorrectamente este reto, anteponiéndolo a muchas otras cosas, con lo cual debo aprender para el futuro. Durante estos 6 últimos meses
he visto a mi familia en contadas ocasiones, a mis amigos, salvando cumpleaños
y alguna reunión puntual, apenas los he visto tampoco, a mi pueblo sólo hemos podido ir
una vez; en fin, con esto quiero decir que efectivamente, si vives en familia y
tienes trabajo, aunque quieras evitarlo en la medida de lo posible, este
deporte, cuya parte más importante es la constancia, te hipoteca la vida.
Y no sólo tu vida, sino también la de la gente que te rodea
y más aún con las personas que en el día a día están a tu lado. En mi caso
Silvia y Lucia son las que han pagado un alto precio desde que me embarqué en
este reto. Muchas son las horas que las he dejado solas, muchas son las horas
en las que Silvia ha estado cargándose las responsabilidades de ambos para que
yo, por ejemplo, pudiera sacar la mañana de los Sábados para estar fuera hasta
5 horas, para que Lunes y Miércoles fuera a la piscina, o para que el resto de
días pudiera dedicarme a entrenar sin que me tuviera que preocupar por otras
cosas. Si a alguien tengo que dar las
gracias es a ella, por compartir conmigo, por apoyarme incondicionalmente, y
por soportar la carga que ha supuesto en nuestras vidas mis entrenamientos de estos
últimos 6 meses.
El domingo es el gran día, el que llaman el fin de fiesta.
Llego a él en un gran momento de forma física, sin lesiones aparentes y con muchas
ganas de afrontarlo, así que sinceramente espero poder devolveros a cada uno de
vosotros ese apoyo que me habéis dado, porque cuando cruce esa línea de meta, cuando sea finisher, lo
haré con vosotros en el corazón.
Muchas gracias a todos!!!!
"Si yo pudiera enumerar cuánto debo a mis grandes antecesores y contemporáneos, no me quedaría mucho en propiedad"
- Johann W. Goethe
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